Astillero del 25 de julio
Julio Hernández López
Jaque epistolar
Felipe I vacaciona
¿Recuento o interinato?
Estampas de Huatulco
Lo peor que podría hacer Felipe Calderón es parapetarse tras un discurso legaloide para tratar de eludir el planteamiento central de la carta que ayer le envió López Obrador: contar para aceptar, contar para apaciguar, contar para poner fin -dejando cada cual a salvo sus reticencias imborrables- a un proceso electoral que de tan accidentado pareciera encaminarse al abismo si no se buscan soluciones políticas que se traduzcan en formalidades jurídicas.
En estricto sentido , a Calderón no le queda casi ningún otro camino posible. No ha podido sostener la percepción impuesta por las televisoras de que era un ganador irrebatible -segundo abatimiento de las burbujas virtuales: la primera fue aquella con la que se le hizo "empatar" y luego "superar" a AMLO mediante encuestas de opinión tramposas-. No ha podido desplegar agenda, ánimo ni apariencia de triunfador más que en detalles frívolos (las revistas del corazón, la guardia militar de la que se hablará más en las Astillas). No tiene el apoyo explícito y militante más que de una camarilla de tercer nivel (la cocina asistencial de Josefina Vas que..., el hispánico Juan Carlos Mouriño, bueno para el bisnes; el petrolizado César Nava, también metido a los negocios) mientras el aparato partidista está de vacaciones y la figura decorativa apellidada Fox es movida por sus salobres estrategas hacia terrenos distantes del calderonismo. Y sus presuntos sostenes, los empresarios y las clases pudientes en general, disminuyen el grado de beligerancia a su favor en función de proteger sus intereses inmediatos amenazados por riesgos de estallidos sociales.
ver columna completa: http://www.jornada.unam.mx/2006/07/25/004o1pol.php
1 Comments:
I like it! Good job. Go on.
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